Investigación. Efectos de la investigación sobre la marcha nórdica

Según las investigaciones, la marcha nórdica, a diferencia de la marcha normal, aumenta la capacidad de ejercicio de hombres y mujeres de todas las edades y con cualquier estado de salud. La marcha nórdica, incluso a un ritmo más lento que la marcha normal, mejora y mantiene en muy buen estado los sistemas respiratorio y cardiovascular. Sin embargo, la marcha nórdica suele ser más agotadora de lo que pensamos. Por este motivo, es aconsejable el uso de pulsómetros durante el ejercicio, aunque sólo sea para aquellas personas con tendencia a sobreentrenarse. La marcha nórdica tiene un efecto beneficioso, ante todo, sobre el nivel general de resistencia y sobre la resistencia de los propios músculos; también tiene un efecto positivo sobre el estado de ánimo. Para mejorar la fuerza muscular, se requiere un ejercicio más intenso: caminar cuesta arriba. La práctica nórdica regular reduce los problemas de cuello y hombros y puede utilizarse para la rehabilitación como forma segura de ejercicio. Hasta ahora no se dispone de resultados de investigaciones sobre los efectos de la marcha nórdica en la coordinación y las habilidades motoras. Basándonos en los resultados de las pruebas realizadas hasta el momento, la Marcha Nórdica puede ser muy recomendable para personas de cualquier estado de salud y forma física, no sólo por sus efectos positivos, sino también, por la seguridad y el disfrute que conlleva.