Un estudio realizado con 161 ancianos reveló que la práctica regular de la marcha nórdica mejora significativamente la autoevaluación de la salud en los adultos mayores, lo que la confirma como una forma óptima de actividad física para las personas mayores. Se recomienda seguir investigando sus beneficios biológicos y psicológicos.
La marcha nórdica demuestra ser un método de entrenamiento viable y eficaz para pacientes con EPOC de moderada a grave, ya que proporciona una mayor intensidad de ejercicio y beneficios fisiológicos en comparación con las pruebas de marcha tradicionales.
Un estudio de 12 semanas de duración demuestra que la marcha nórdica mejora significativamente el estado cardiovascular de las mujeres obesas sedentarias, ofreciendo una alternativa eficaz y sostenible a la marcha tradicional para promover cambios en el estilo de vida a largo plazo.
La marcha nórdica activa los músculos de la parte superior del cuerpo más que la marcha convencional, pero no aumenta la complejidad de los movimientos, lo que la convierte en una actividad física adecuada incluso para las personas con habilidades motrices limitadas.
La marcha nórdica mejora los parámetros de la marcha y reduce la carga de las extremidades inferiores en comparación con la marcha normal, lo que la convierte en una opción de ejercicio eficaz y respetuosa con las articulaciones.
Este estudio evaluó las respuestas fisiológicas de mujeres sanas de mediana edad durante la marcha nórdica, la marcha regular y el footing, revelando diferencias entre estas populares formas de ejercicio aeróbico de campo.
Debido a la acción de los bastones y al compromiso de la parte superior del cuerpo, la marcha nórdica (NW) tiene beneficios adicionales para la salud con respecto a la marcha convencional. El objetivo de este estudio fue evaluar las diferencias en la activación muscular y las respuestas metabólicas entre la NW, realizada con la técnica sugerida por los instructores de NW, y con algunas modificaciones en la forma de mover la extremidad superior y los bastones.La población de estudio fueron 10 (5 hombres, 5 mujeres) instructores de NW (edad media 37,7±12,0 años, altura 1,70±0,08 m, peso corporal 61,5±7,3 kg) con al menos 2 años de experiencia en NW. El estudio se dividió en temas como: cinemática, acción del bastón, actividad muscular y respuestas metabólicas. Cuando la Marcha Nórdica se realiza con la técnica sugerida, permite alcanzar mayores intensidades metabólicas y en general mayores activaciones musculares. La mayor respuesta aguda a la técnica correcta de marcha nórdica demostrada aquí lleva a plantear la hipótesis de que el control y la corrección de la técnica individual durante un periodo de entrenamiento pueden aumentar los beneficios derivados de su práctica.
Un programa de marcha nórdica de 3 meses mejoró significativamente la salud cardiovascular y la capacidad aeróbica en mujeres de edad avanzada, lo que confirma su eficacia como forma de actividad física moderada pero impactante.
Un programa de marcha nórdica de 15 semanas a intensidad moderada-alta mejoró significativamente la capacidad funcional y redujo las limitaciones de actividad en mujeres con fibromialgia, demostrando ser una opción de ejercicio factible y eficaz.
Una revisión sistemática de ensayos clínicos aleatorizados confirma que la marcha nórdica, realizada a una intensidad de moderada a alta, mejora la marcha, el equilibrio, la función motora y la calidad de vida en personas con enfermedad de Parkinson.
En supervivientes de cáncer de mama, la marcha nórdica -especialmente cuando se combina con el método ISA- produjo reducciones significativas de las circunferencias de las extremidades superiores y del agua corporal, lo que sugiere su eficacia en el tratamiento del linfedema posquirúrgico en comparación con la marcha regular.
Un programa de marcha nórdica de 12 semanas aumentó la actividad física general en tiempo libre y redujo eficazmente el peso corporal, el porcentaje de grasa y los niveles de leptina, superando al entrenamiento de resistencia en la mejora de los marcadores de salud metabólica.
Un programa de marcha nórdica de 12 semanas combinado con la administración de suplementos de vitamina D mejoró los perfiles lipídicos y la forma física de las mujeres de edad avanzada, a diferencia de la administración de suplementos por sí sola o de la ausencia de intervención.
La marcha nórdica mejoró significativamente los niveles de adipocinas y redujo la grasa corporal, el colesterol y el índice de grasa hepática en hombres con alteraciones en la regulación de la glucosa, mostrando los efectos más beneficiosos sobre los factores de riesgo del síndrome metabólico.
Este estudio no encontró pruebas de que la marcha nórdica reduzca la carga de la articulación de la rodilla en comparación con la marcha regular, a pesar de la mayor amplitud de movimiento de la cadera y los ángulos de flexión de la rodilla observados durante la marcha nórdica.
Las competiciones de marcha nórdica combinan el espíritu del deporte con la promoción de la salud, ofreciendo una forma única de recreación de masas que involucra a diversos grupos de edad y condición física.
La marcha nórdica es una actividad física sencilla, de bajo coste y eficaz para toda la vida que puede integrarse con éxito en los programas escolares para mejorar la salud de los alumnos, sus habilidades motrices y su compromiso con el movimiento al aire libre.
Este estudio explora cómo afecta la práctica regular de la marcha nórdica al bienestar mental y cómo influyen los factores socioecológicos en la participación, ofreciendo nuevos conocimientos sobre las dimensiones psicológicas y medioambientales de la actividad.
Este estudio conceptual explora la marcha nórdica como algo más que una actividad física, revelando su papel en la conformación de la identidad, la interpretación del espacio público y la creación de un sentido del lugar.
Un programa supervisado de marcha nórdica de 12 semanas mejoró la capacidad de caminar y aumentó la protección antioxidante en pacientes con claudicación intermitente, reduciendo el daño oxidativo lipídico.
Este estudio confirma que la marcha nórdica impone una carga cardiovascular y metabólica significativamente mayor que la marcha natural, sin aumentar el esfuerzo percibido, lo que la convierte en una actividad física eficaz y accesible.
Este estudio reveló que la marcha nórdica genera mayores fuerzas de reacción del suelo e impactos de choque en comparación con la marcha normal, especialmente en el momento del impacto del talón, lo que pone de relieve las implicaciones biomecánicas para la salud y la prevención de lesiones.
Este estudio propone el Nordic Walking como un modelo de ejercicio seguro, accesible y eficaz para los supervivientes de cáncer, que ayuda a superar las barreras a la actividad física y mejora la calidad de vida.
Contrariamente a la creencia popular, este estudio no encontró ninguna reducción significativa en la carga de las extremidades inferiores durante la marcha nórdica en comparación con la marcha normal, e incluso algunos recorridos mostraron fuerzas ligeramente superiores en el contacto con el talón.
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