Este estudio examinó los efectos de la marcha nórdica en mujeres con fibromialgia. A lo largo de 15 semanas, las participantes mostraron una mejora de la capacidad funcional, una mayor resistencia y una frecuencia cardiaca de ejercicio más baja en comparación con un grupo de marcha de baja intensidad. La marcha nórdica demostró ser un ejercicio factible y beneficioso para controlar los síntomas de la fibromialgia.
Este estudio evaluó las respuestas fisiológicas y el esfuerzo percibido de la marcha nórdica (NW) en pacientes con EPOC. Los resultados mostraron que la NW conduce a una mayor captación de oxígeno, ventilación y frecuencia cardíaca en comparación con la marcha estándar, lo que demuestra su viabilidad como ejercicio beneficioso para el tratamiento de la EPOC.
Un programa de entrenamiento de marcha nórdica de 32 semanas en mujeres de edad avanzada redujo significativamente los niveles de ferritina en sangre, lo que indica una disminución de las reservas corporales de hierro. El entrenamiento también mejoró la capacidad cardiorrespiratoria e influyó en las proteínas reguladoras del metabolismo del hierro, lo que sugiere posibles beneficios para la salud.
El Nordic Pole Walking (NPW) aumentó significativamente la distancia caminada y redujo el dolor de piernas en pacientes con claudicación intermitente durante una prueba en tapiz rodante. A pesar de la mayor carga de trabajo cardiopulmonar, el esfuerzo percibido no aumentó. El NPW puede servir como una estrategia de ejercicio eficaz para mejorar la movilidad y la aptitud cardiovascular en estos pacientes.
La marcha nórdica (NW) es un ejercicio de bajo impacto que potencia los beneficios de la marcha regular, lo que la convierte en una opción segura y eficaz para las personas mayores. Ayuda a mejorar la forma física al tiempo que minimiza el riesgo de lesiones musculoesqueléticas, por lo que es adecuado para personas con afecciones relacionadas con la edad, como la artrosis.
La marcha nórdica por sí sola no reduce significativamente el linfedema en supervivientes de cáncer de mama, pero cuando se combina con el método Isa, disminuye eficazmente el agua corporal extracelular y la circunferencia de las extremidades superiores. El método Isa aumenta la activación muscular, mejorando los resultados.
La marcha nórdica mejora significativamente el equilibrio y la fuerza de las extremidades inferiores, y reduce la debilidad y la depresión en personas frágiles de más de 70 años, por lo que resulta más eficaz que el ejercicio general.
Un estudio de campo que analizaba la carga biomecánica durante la marcha nórdica no encontró ninguna reducción significativa en la carga de las extremidades inferiores, lo que contradice las afirmaciones de un alivio del 30-50%. El estudio destaca los beneficios fisiológicos y motivacionales de la marcha nórdica por encima de la reducción de la carga articular.
Este estudio analizó los parámetros de carga en la marcha nórdica (NW) frente a la marcha ordinaria (W) en relación con los riesgos de lesión. La NW dio lugar a mayores tasas de carga, fuerzas horizontales y valores de pronación, mientras que las cargas de las extremidades inferiores se mantuvieron relativamente pequeñas. Sin embargo, las aceleraciones de la muñeca alcanzaron hasta siete veces la aceleración gravitatoria, lo que indica posibles lesiones por sobreuso en las extremidades superiores. Para prevenir dichas lesiones, se recomienda el uso de bastones amortiguadores y ejercicios de fortalecimiento de las extremidades superiores.
Este estudio examinó los efectos de la marcha nórdica (NW) sobre la depresión y los trastornos del sueño en adultos mayores. Veinticuatro pacientes fueron asignados aleatoriamente a un grupo de NW o de marcha clásica, entrenando durante 50 minutos, tres veces por semana durante ocho semanas. Los resultados mostraron que la NW tuvo un impacto positivo tanto en la depresión como en la calidad del sueño, destacando su potencial como una intervención de ejercicio eficaz para las personas mayores con estas condiciones.
Este estudio evaluó el impacto de la marcha nórdica (NW) en la actividad del sistema nervioso autónomo (SNA) en pacientes con insuficiencia cardiaca crónica (ICC). Un total de 111 pacientes con ICC fueron asignados aleatoriamente a un grupo de entrenamiento de marcha nórdica (8 semanas, 5 veces por semana) o a un grupo de control. Los resultados mostraron que la VN mejoró la variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC) y el equilibrio parasimpático-simpático, correlacionándose con un aumento del consumo máximo de oxígeno (VO2). Sin embargo, no se observó ningún efecto significativo sobre la turbulencia de la frecuencia cardiaca (HRT).
El entrenamiento de marcha nórdica mejora la calidad de vida, beneficiando tanto la salud física como la mental. Promover un estilo de vida activo en la edad adulta tardía contribuye a la longevidad y al bienestar general.
La marcha nórdica fomenta una mayor actividad física diaria entre las mujeres en comparación con otras formas de ejercicio. Aunque distintas actividades ayudan a mantener la forma física funcional, la combinación de gimnasia y actividades acuáticas puede ser especialmente eficaz para preservar los niveles de forma física con la edad.
El entrenamiento de fuerza y resistencia mejora la distancia caminada y la fuerza muscular de forma más eficaz que el entrenamiento en cinta rodante o marcha nórdica en pacientes con croma por estasis. Sin embargo, todos los programas de rehabilitación estudiados tuvieron un impacto positivo en la resistencia y la fuerza muscular.
La marcha nórdica mejora la estabilidad dinámica de la marcha en la enfermedad de Parkinson proporcionando señales externas rítmicas a través del movimiento de la parte superior del cuerpo. Después de tres sesiones de práctica, los pacientes mostraron una mejora en la longitud de la zancada, la velocidad de la marcha y la organización temporal de la marcha, lo que sugiere que la marcha nórdica es una estrategia eficaz para tratar los trastornos de la marcha en la enfermedad de Parkinson.
La marcha nórdica (NW) ofrece importantes beneficios fisiológicos y psicosociales a los pacientes con cáncer, sobre todo en el tratamiento de la fatiga y el dolor relacionados con el cáncer. Al implicar tanto la parte superior como la inferior del cuerpo, la marcha nórdica aumenta el consumo de oxígeno y el gasto energético al tiempo que mantiene un bajo nivel de esfuerzo percibido, lo que puede mejorar la adherencia a los programas de ejercicio. Puede ser una intervención eficaz para mejorar la forma física durante la radioterapia, aunque es necesario seguir investigando.
Un programa de ejercicio domiciliario de 12 semanas (HEP) aumentado con Nordic Pole Walking (NPW) mejoró significativamente la distancia caminada, la velocidad y la calidad de vida en personas con cromo en parada, con un excelente cumplimiento a largo plazo (98% a los 12 meses). El grupo de NPW mostró una mejoría en comparación con la marcha normal, con menores costes y mejor cumplimiento que muchos programas de ejercicio supervisado. Estos resultados apoyan la realización de nuevas investigaciones que comparen la HEP basada en NPW con los programas tradicionales de ejercicio supervisado.
Un estudio realizado en 34 pacientes con artrosis medial de rodilla y alineación en varo reveló que los bastones no reducen los momentos de aducción de la rodilla ni las cargas del compartimento medial. Aunque la técnica individual puede influir en los resultados, los bastones no deben recomendarse basándose en el supuesto de que disminuyen la carga de la articulación de la rodilla en estos pacientes.
Un estudio realizado en ancianos residentes en un centro de día examinó los efectos de la marcha con bastones en la forma física, la postura y la calidad de vida. A lo largo de tres meses, el grupo que caminó con bastones mostró una mejora en las puntuaciones de calidad de vida, mientras que el grupo de control experimentó un descenso en la movilidad. Sin embargo, no se observaron cambios significativos en la función física debido a la intervención.
Un estudio de viabilidad sobre la marcha nórdica para mujeres con artralgia asociada a inhibidores de la aromatasa (AIAA) halló una alta adherencia (>90% supervisada, >80% independiente) y ningún efecto adverso grave. A lo largo de 12 semanas, el dolor disminuyó y los niveles de actividad aumentaron tanto en el grupo de intervención como en el de control, lo que indica que la marcha nórdica es una opción de ejercicio segura y aceptable.
Un estudio evaluó los efectos del entrenamiento estructurado de marcha nórdica en mujeres con diabetes de tipo 2. Veinte participantes (de entre 40 y 65 años) fueron asignadas aleatoriamente a un grupo de marcha nórdica o a un grupo de control que recibió asesoramiento sobre actividad física. El estudio evaluó los cambios antropométricos, metabólicos y bioeléctricos antes y después de la intervención, con un seguimiento de 6 meses. La marcha nórdica demostró ser una opción de ejercicio accesible y eficaz para el control de la diabetes.
Un ensayo controlado aleatorizado examinó los efectos de la marcha nórdica en la rehabilitación de pacientes con síndrome coronario agudo (SCA) y enfermedad arterial oclusiva periférica (EAP). Durante cuatro semanas, 42 pacientes se dividieron en un grupo de marcha nórdica y otro de marcha sin bastones. El estudio descubrió que la marcha nórdica era más eficaz para aumentar la distancia recorrida en la prueba de los 6 minutos de marcha, lo que sugiere sus posibles beneficios para la rehabilitación cardiovascular.
El estudio evalúa los efectos de la marcha nórdica intensiva sobre el equilibrio y la marcha en personas con enfermedad de Parkinson en un proyecto piloto aleatorizado y controlado.
Un programa de marcha nórdica de 12 semanas mejoró la distancia recorrida y la resistencia a la insulina en mujeres de edad avanzada, observándose mayores beneficios en aquellas con niveles elevados de gamma-glutamil transferasa (GGT).
Ensayo clínico para evaluar el impacto de la marcha nórdica en pacientes con insuficiencia cardiaca, comparando sus efectos con la rehabilitación estándar.
Revisión bibliográfica que analiza la eficacia y seguridad de la marcha nórdica en la rehabilitación de adultos mayores. Basada en 37 estudios aleatorizados, destaca la NW como una actividad física beneficiosa y adecuada para mejorar la calidad de vida y reducir la discapacidad en la población de edad avanzada.
Un estudio realizado con 16 mujeres (de 56 a 62 años) evaluó los efectos de un programa de marcha nórdica de 6 semanas sobre la composición corporal y la aptitud cardiorrespiratoria. Los resultados mostraron reducciones significativas de la masa corporal, el porcentaje de grasa corporal y el IMC, mientras que la masa corporal magra se mantuvo sin cambios.
Un estudio realizado con 16 mujeres (de 56 a 62 años) evaluó los efectos de un programa de marcha nórdica de 6 semanas sobre la composición corporal y la aptitud cardiorrespiratoria. Los resultados mostraron reducciones significativas de la masa corporal, el porcentaje de grasa corporal y el IMC, mientras que la masa corporal magra se mantuvo sin cambios.
Una revisión basada en la evidencia confirma los importantes beneficios de la marcha nórdica en la rehabilitación de personas con enfermedad de Parkinson, especialmente en las primeras fases.
Un programa de marcha nórdica de 4 semanas para mujeres de entre 48 y 58 años produjo mejoras significativas en la forma física, incluido un aumento de la fuerza, la flexibilidad y la distancia caminada. Las participantes también declararon haber mejorado su salud física y mental, lo que indica un impacto positivo en el bienestar general.
La marcha nórdica (NW) ofrece un mayor gasto calórico y leves beneficios de entrenamiento aeróbico en comparación con la marcha normal (W), sin aumentar el esfuerzo percibido. Este estudio, realizado en condiciones reales al aire libre, confirma los resultados de investigaciones controladas anteriores, destacando la marcha nórdica como una actividad física eficaz al aire libre.
Un programa de entrenamiento de marcha nórdica de 12 semanas mejoró significativamente la fuerza de la parte inferior del cuerpo, la actividad del glúteo mayor y redujo la masa corporal en mujeres con baja masa ósea. No se observaron cambios significativos en otros músculos de la parte inferior del cuerpo ni en el grupo de control.
La marcha nórdica mejora significativamente la distancia recorrida y reduce el dolor de piernas en pacientes con claudicación intermitente: una alternativa eficaz y de bajo coste al entrenamiento en cinta rodante.
Un programa de marcha nórdica de 3 meses de duración en adultos con hemofilia mostró mejoras en la capacidad física y la percepción corporal sin aumentar la frecuencia de las hemorragias ni el uso de factor sustitutivo. El estudio sugiere que la marcha nórdica es una opción de ejercicio segura para esta población.
La marcha nórdica ha demostrado ser más eficaz que la marcha rápida e incluso el footing para mejorar la frecuencia cardiaca, la presión arterial, el consumo de oxígeno y la calidad de vida, lo que la convierte en una valiosa herramienta tanto para la prevención como para la rehabilitación de diversas afecciones.
La marcha nórdica, una forma relativamente reciente de actividad física que utiliza bastones para la tracción, ha ganado popularidad mundial debido a sus beneficios para la salud y la rehabilitación. Las investigaciones destacan sus efectos fisiológicos, físicos y biomecánicos positivos en comparación con la marcha normal.
© 2024 onwf.org | Original Nordic Walking from Finland